27/6/13

Mi arquitecto


  Ayer fui a ver una película biográfica de Norman Foster, dentro de un ciclo titulado "De la ciudad a la pantalla". 
  Mis expectativas eran las de una descripción minuciosa de la obra de un arquitecto con todo el glamour que el cine puede ofrecer, excelente fotografía y momentos musicalizados. How much does your building weigh, Mr. Foster? resultó ser todo eso que esperaba. Lo sorpresivo fue el toque dramático de la película  que  muestra cómo es la vida de ese famoso arquitecto y llega al clímax al anunciar que su esposa y socia falleció de cáncer y que él también lo padece. 

  Al término de la película escuché comentarios bastante predecibles: 

los arquitectos también somos humanos, la música le daba ese toque humano, etcétera.

Yo pensé lo predecible:
Qué hueva me da escuchar que los arquitectos se crean dioses.

  No voy a negar que me gustó la película con sus detalles dramáticos con los que cualquier arquitecto de clase media se identificaría y los recuerdos que llegaron a mi memoria de algunos edificios que conocí en un viaje a Europa con alguien que justo estaba sentado a mi lado viendo la película.

  Por otro lado me pareció bastante superficial ver a un arquitecto presentado como un personaje casi místico descifrado a través de las palabras de celebridades como Bono. En fin. 

  Lo realmente importante de esa noche fue un comentario sobre una película que no había visto acerca de Louis Kahn. Tuve que verla hoy para quitarme la tentación. Vaya sorpresa. 
  "Mi arquitecto", es una película biográfica realizada por el hijo de L. Kahn.
  Kahn tenía tres familias con las que no pasaba casi nada de tiempo. La mayor parte de su vida la pasaba trabajando en su estudio y viajando por el mundo tratando de cerrar nuevos proyectos.
  En esta película, su hijo ilegítimo hace una investigación para descifrar quien era aquel hombre que veía muy de vez en cuando y que se suponía era su padre. Para entonces Kahn tenía 25 años de muerto.
  Yo opino que Nathaniel trataba de descifrarse en esa investigación, mas allá de descifrar quien era su pare, porque eso nos suele pasar a los hijos sin padre.

  No recuerdo con exactitud cuando, pero llevaba estudiando por lo menos dos años en la carrera de arquitectura cuando mi madre me dijo como si fueran enchiladas algo clave. Mi padre había estudiado arquitectura también, para después terminar estudiando letras clásicas.
  No tenía idea de que él hubiera estudiado arquitectura, pero esa película sobre L. Kahn me hizo recordar ese momento en el que descubrí que teníamos algo en común.

  Nathaniel hace muchas preguntas al viento, le pregunta a su padre y lo descubre a través de las palabras de otras personas, de otros países y a través de sus edificios.

  Siempre estuve fascinada por el hecho de saber que mi padre había diseñado la planta baja de mi casa, así que cada vez que miro los ventanales al jardín, el pórtico con ladrillos y las ventanas color ámbar en el muro de la sala y en la puerta; imagino cuales fueron sus pensamientos para llegar a esa propuesta.

  Mi vida paternal ha sido desde hace 15 años o más como la de Nathaniel, una reconstrucción de una imagen a través de las palabras de otros y de lo poco o mucho que permanece en mi memoria. Esa travesía de reconstrucción es digna de alguna tragedia griega que seguro ya debe estar escrita.

  Me gustó mucho hacer ese viaje con Nathaniel, me sentí acompañada.
Buenas noches


20/3/13


Quién soy yo y qué quiero, es la pregunta con la que se aprende a caminar y la que nos hace tropezar para levantarnos y seguir caminando.

Yo creía que ese buscar hacer cosas me estaba volviendo loca y pensaba que era la manera de evadir lo que yo era sin darme cuenta que esa búsqueda por hacer cosas es lo que realmente define lo que soy, soy una buscadora, un animal que busca y no deja de buscar, y me comparo con un animal por que es casi un instinto el que me hace seguir buscando.